LA GUERRA CONTRA LAS MUJERES.

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Leila, Florence, Jane, Emerance, Rahima. Detrás de estos nombres, se esconde una historia de violencia, una historia de abusos y de desprecios, una historia que permanece viva en cada una de ellas a través de una herida que no logra cicatrizar. No se trata sólo de las heridas físicas, de aquellas que resisten y perduran a pesar de las innumerables operaciones, son también las heridas internas, que no se ven, aquellas que nacen de la vergüenza y del miedo. Nombres sin rostros, mujeres olvidadas entre conflictos bélicos; en La guerra contra las mujeres, Hernan Zin rescata del anonimato a estos nombres, a estos rostros y, sobre todo, a estos testimonios de unos delitos hasta hace poco impunes. En los conflictos bélicos de este nuestro siglo, de Bosnia al Congo, de Ruanda a Uganda, los abusos sexuales a las mujeres se han convertido en un arma contra el enemigo; convertido en un campo de batalla, el cuerpo de la mujer ha sido utilizado por las distintas fracciones en guerra, sin distinción alguna: rebeldes, ejércitos oficiales, paramilitares o frentes de liberación. Todos ellos han visto en el abuso sexual una de las armas más poderosas y devastantes que pueden utilizarse; los abusos no sólo destrozan y arruinan la vida de la víctima, cuya vida ya nunca podrá ser igual, sino también la de la comunidad, la del resto de mujeres, aterrorizadas por una posible violación, obligadas a marchar, a huir por miedo a ser la siguiente.

La_guerra_contra_las_mujeres_cartel_bajaCon La guerra contra las mujeres, Hernan Zin no sólo ofrece el testimonio de algunas víctimas; a través de ellas, Zin denuncia los abusos sexuales que repetidamente se han infringido contra las mujeres en distintos conflictos armados y que, sin embargo, han permanecido impunes, ignorados por la comunidad internacional que, como en tantos otros casos, ha dirigido su mirada hacia otros lares. Fueron más de 40.000, las mujeres violadas durante los tres años que duró el conflicto de Bosnia; mujeres como Leila que, con sólo quince años, fueron raptadas y torturadas. “Lo peor es la primera vez”, confiesa Leila, “el primer abuso”; una imagen que regresa a su memoria una y otra vez; dormir es revivir aquellos días, aquellos meses de violencia y desprecio. Ha pasado tiempo, el número de mujeres que denuncian lo ocurrido sigue aumentando, no todas tuvieron el valor de decirlo inmediatamente, todavía muchas lo esconden, temen ser descubiertas, la vergüenza, paradójicamente, se apodera de las víctimas. Mientras ellas se esconden, mientras ellas se avergüenzan sin razón de algo que nunca hubieran tenido que vivir, la violencia sexual ha sigue siendo una arma de fácil recurso y, en demasiadas ocasiones, sus responsables gozan de una incomprensible y completa impunidad. Tras la guerra de Bosnia, los verdugos, los responsables de aquellos hechos, fueron acusados de genocidio, de delitos contra la humanidad, pero no de abusos sexuales; Ratko Mladić, comandante en jefe del ejército serbobosnio, identificado por sus víctimas, señalado repetidamente por los violentos abusos cometidos, no fue declarado culpable de estos hechos. La violencia sexual no fue considerada delito durante el proceso; hubo que esperar y, solamente después, cuando las sentencias ya habían sido tramitadas, el tribunal institucional decidió declarar los abusos sexuales y las violaciones en masa como delitos y, por tanto, fueron consideradas como herramientas de limpieza étnica y de genocidio. A pesar de esta resolución, sin duda esencial para combatir dichas prácticas, en los conflictos armados los abusos y la violencia contra las mujeres siguen efectuándose, siguen gozando de la impunidad que sólo puede ofrecer el desinterés de una Comunidad Internacional “ocupada” en otros temas.

Hernan Zin viaja hasta Uganda; allí conoce a Florence, una joven que fue raptada, obligada a casarse, violada y maltratada físicamente de forma sistemática hasta que un día consiguió escapar. A su lado, una niña la observa con mirada intensa; es su hija, es el fruto de aquellos años, el resultado de aquella violencia. Florence la mira con dulzura, a pesar de todo lo vivido, ahora tiene esa hija, esa pequeña; ella es lo único a lo que puede aferrarse, el gobierno no la ayuda, reconoce entre lágrimas, nadie la reconoce como víctima: “a veces pienso que hubiera sido mejor quedarme allí, en el bosque”, confiesa, pues la violencia física ahora ha dado lugar a la violencia provocada por la indiferencia de una comunidad que se niega a reconocerla como víctima. Condenada al silencio, Florence recupera su voz gracias a Hernanz Zin y, a través de sus palabras, de su testimonio, recuperan la voz y la visibilidad todas aquellas otras Florence que sobreviven en el anonimato, escondidas por una historia que no las reconoce. En Ruanda fueron casi 500.000 las mujeres violadas, en Congo 200.000; entre ellas, aparece la voz de Jane, el coraje de una mujer que, tras siete operaciones, intenta continuar su camino, en el intento constante de disimular aquellas heridas que todavía sangran, aceptando que son heridas que nunca curarán y con el deseo de poder tener hijos, de poder traer hijos al mundo. Como Jane, Rose, secuestrada a los diez años, tras tener tres hijos y huir de la peor de las esclavitudes, ahora trabaja, ha aprendido corte y confección, a regresado a formar parte de la sociedad de la que fue brutalmente arrebata.

guerra“Cuando una niña o una mujer ha sido objeto de violencia sexual, piensa que su vida ha terminado y lamenta no haber muerto en el acto” comenta Celine Kamwanya, quien ayuda a las mujeres víctimas de agresión sexual y de tortura en Congo y en Ruanda; es necesario convencerlas de que, a pesar de lo sucedido, la vida no ha terminado, insiste Kamwanya, es necesario restituirles aquella dignidad que ellas consideran que han perdido. El trabajo psicológico, el apoyo médico y por parte de las instituciones es indispensable para dar a estas mujeres aquella esperanza en un futuro que ellas consideran ausente; sin embargo, nada de esto sirve si la impunidad persiste, si no se denuncias estos hechos y se condena pública y legalmente a sus responsables. La violencia contra las mujeres, comenta Joanne Sandler, ex Directora del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer se reveló “una estrategia exitosa, como vimos, en Bosnia y Ruanda”; una estrategia que sigue utilizándose, a la que se sigue recurriendo y para la cual se sigue formando a los niños soldados que, como el joven entrevistado por Hernan Zin, confiesa haber realizado su primera violación con tan sólo doce años. “Nos decíamos que debíamos violar a las mujeres y a quienes se resistían teníamos que matarlas”, comenta el joven, cuyo rostro todavía aniñado, esconde un pasado de violencia, “si, he hecho cosas malas”, confiesa al final.

La Guerra contra las mujeres es un documento excepcional de denuncia, un trabajo documental que da visibilidad a aquellos rostros que la historia y los grandes titulares ignoran. Con una elegancia digna de alabar, con la discreción y la delicadeza que permite adentrarse en las historias, huyendo de lo fácilmente impactante, Hernan Zin ofrece una pieza documental esencial para conocer, a través de algunos testimonios, la realidad de un gran número de mujeres que, antes como ahora, han sido y son víctimas silenciosas de una violencia, discretamente aceptada, que se ejerce en los escenarios de conflicto, muchos de ellos olvidados por los grandes medios de comunicación y banalizados la Comunidad Internacional. La guerra contra las mujeres llama a la reflexión, nos obliga a girar la mirada hacia realidades incómodas; con sus testimonios, Hernan Zin demuestra que la vida de estas mujeres no se detiene, pero que es necesario correr el velo tras el que se esconden para denunciar sus historias, condenar a los culpables y reconocerlas como víctimas. Solamente así, aquellas mujeres podrán desear continuar su camino, y afirmar, con el mismo orgullo con el que lo afirma Leila, que quieren tener hijos porque “quieren traer al mundo buenas personas”. Sólo así podrán recuperar la confianza en el ser humano, en las personas y en sí mismas.

Así matan a las mujeres en México.2014

Daniela Rea y Lydiette Carrión.-

Fotografia de la Serie Cuerpo de Mujer Peligro de Muerte © Francisco Elias Prada

El cuerpo de Karen fue encontrado semidesnudo en la habitación 47 del hotel Clavería. Su ropa quedó atascada en la taza de baño, quizá para impedirle escapar y pedir auxilio. Un video la muestra llegando a la recepción del hotel con Mario. Él paga. Una hora después, él se va.

Estas son las pruebas objetivas del asesinato de Karen, de 20 años, estudiante universitaria, deportista e hija de familia trabajadora de Tacuba. La verdad legal es, en cambio, la declaración de su asesino: Mario Gabriel Enríquez Pérez, quien dijo que eran amantes, que esa noche Karen le propuso ir al hotel y ella pagó, que mientras tenían relaciones sexuales ella lo amenazaba con decirle a su pareja formal y él, debido a un estado de emoción violenta, la asfixió. Pese a los indicios de violencia de género, el asesinato de Karen es considerado un homicidio calificado, no un feminicidio.

El cuerpo de Mariana estaba recostado en la cama de su habitación, rígido, con rasguños  en el cuello, la frente y moretones en las piernas. Su pelo revuelto había sido lavado y secado.

Al cuerpo de Gaby lo descubrieron unos jardineros en un parque público, estaba descompuesto y con signos de violación sexual: habría sido carcomido por animales de rapiña debido al tiempo que pasó en la intemperie.

El cuerpo de Eva Cecilia se hallaba bajo un puente peatonal, con la ropa que llevaba puesta su último día con vida, sucia con tierra y hierbas del lugar. Permaneció ahí varios días, expuesto, sin que nadie se conmoviera de esa adolescente, salvo un pepenador, que tuvo que dar aviso a las autoridades en dos ocasiones porque en la primera nadie hizo caso.

Los restos de Bárbara fueron localizados en el terreno de una casa en obra negra,  cubiertos con bolsas negras. Ya no había cuerpo, apenas un esqueleto envuelto con cinta adhesiva y algunos cabellos.

Cada día casi siete mujeres son asesinadas en México. Porque quien las tuvo entre sus manos por última vez las consideró un objeto, porque quien las mató creyó hacerle un bien a la sociedad al sentir que ellas rompían el orden social de dominación, porque sabía que muy probablemente no sería castigado. Las matan por el hecho de querer construirse como mujeres.

Leyes Tardías

Hace apenas dos décadas comenzó a reconocerse que existía una violencia específica contra la mujer, y las mujeres, a batallar por erradicarla.

La discusión a nivel mundial y las legislaciones al respecto arrancaron en los noventa, justo cuando en México se comenzaba a alertar de los asesinatos en Ciudad Juárez. Durante más de una década las madres, hermanas y activistas de las muertas gritaron al resto del país el hallazgo de cuerpos de mujeres jóvenes que antes de ser asesinadas habían sido violadas o mutiladas. Advirtieron que podría estar ocurriendo en muchos lugares, pero la sociedad no lo creyó.

“En 1993 Esther Chávez Cano fue la primera en denunciar la aparición de cadáveres de mujeres y diversas organizaciones de Chihuahua nos sumamos para hacerlo visible. Lo advertimos. Ahora vemos con horror cómo a lo largo del país van desapareciendo mujeres y apareciendo sus cuerpos heridos, lastimados”, señala Alma Gómez, del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM).

Las movilizaciones en Juárez y en el resto del país se tradujeron en ley recién en 2007.

Ha pasado menos de una década desde entonces y, pese a un avance en el reconocimiento legal, las pocas cifras que existen parecen indicar que los asesinatos de mujeres no disminuyen. Por el contrario se esparcen y en algunas zonas repuntan. Muchos, sin embargo, lo atribuyen a la violencia generalizada derivada de la guerra contra el crimen organizado más que a un problema de género. Y es que aquí también se matan hombres.

El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) publicó el estudio “Feminicidio en México, aproximación, tendencias y cambios 1985-2009” –que no ha vuelto a actualizar-, donde advierte que en 2005 1297 mujeres fueron asesinadas. Esto es una tasa de 2,46 por cada 100 mil mujeres vivas. Cuatro años después la cifra aumentó en un 30 por ciento para llegar a 1858 y la tasa nacional subió a 3,4.  En el mismo periodo la tasa de homicidios de hombres se duplicó al pasar de 16,92 a 32,47.

¿Por qué hablar del feminicidio si también los hombres son asesinados? Es cierto, se matan hombres y mujeres, pero las formas y razones de morir son distintas.

El mismo estudio de Inmujeres señala que la mayoría de los hombres muere por un disparo, en dos de cada tres casos. Las mujeres, en cambio, mueren de muchas y más brutales formas: mueren estranguladas, ahorcadas, sofocadas, ahogadas. Mueren apuñaladas o golpeadas hasta que sus huesos se quiebran. Mueren envenenadas o quemadas hasta que el humo que respiran aún en vida las asfixia. ¿Cuánta fuerza, cuánto odio hay de por medio en el asesinato de una mujer?

Una radiografía incompleta

Se habla de que casi siete mujeres al día son asesinadas en México. Pero ni siquiera podemos tener certeza de las cifras. Para las académicas y activistas que han estudiado las razones del feminicidio el crimen germina ahí, en el desinterés de reconocer que  existe. Y echa raíces en una sociedad indiferente, porque algo en su conciencia le hace creer que es normal, que las mujeres pueden ser matadas porque pertenecen a alguien, porque no tienen valor por sí mismas y si lo tienen es sólo como objeto o mercancía.

La Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia ordena a los estados a registrar los feminicidios. Pero no todos los cuantifican y los que lo hacen suelen minimizar las condiciones de su muerte y clasificarlas bajo otro rubro, como homicidio simple, acusa María de la Luz Estrada, del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.

El Informe del Inmujeres señala que entre 1985 y 2009 murieron asesinadas 34.176  mujeres, cuatro por día. Luego, a finales del año pasado el coordinador de asuntos jurídicos de la institución declaró que diariamente se cometen 6,5 asesinatos de mujeres, sin detallar más información.

Datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) reflejan esa tendencia a la alza a partir de 2007. En ese año el 9,6 por ciento de las muertes violentas eran asesinatos, para 2010 era del 18,9 por ciento y en 2012 un 20,6 por ciento. Los estados con mayor porcentaje son Guerrero (39 por ciento), Chihuahua (36), Tamaulipas (35) y Nuevo León (29).

En el caso de los hombres la tendencia de incremento se mantuvo entre 2007 y 2011, pero permaneció estable en 2012.

Ante la falta de información oficial confiable el Observatorio comenzó a reclamarla a cada procuraduría pero sólo ocho estados –Estado de México, Tamaulipas, Sinaloa, Jalisco, Nuevo León, Distrito Federal, Oaxaca y Sonora- respondieron con suficientes datos para hacer una radiografía del fenómeno.

Estas entidades sumaron 1235 presuntos feminicidios entre enero de 2010 y junio de 2011, la última cifra actualizada y documentada en el Informe sobre el Feminicidio en México, elaborado por la organización civil.

La fotografía de las víctimas es ésta: el 49 por ciento tenía entre 21 y 40 años, el 40 por ciento trabajaba o estudiaba y el 51 por ciento fue golpeada, quemada, asfixiada o apuñalada hasta morir, lo que refleja la violencia extrema contra ellas.

En dos de cada tres asesinatos, los verdugos tiraron a sus víctimas en lugares públicos como calles, avenidas, carreteras, parques o baldíos, o las dejaron abandonadas en hoteles. Sólo el 18 por ciento de los cuerpos quedaron en sus casas.

“Las mujeres son vistas como objetos antes y después de ser asesinadas, como objetos desechables que se puede tirar en cualquier lugar a la vista de cualquiera sin que nadie se inmute”, dice María de la Luz Estrada.

Los datos del Observatorio advierten que el 30 por ciento de las muertes ocurren en el ambiente doméstico, es decir que el agresor es una persona conocida, ya sea la pareja, un familiar o amigo. El restante 70 por ciento ocurre en el ámbito comunitario, donde la víctima no conocía a su agresor. Estos podrían ser casos de crimen organizado –trata generalmente-, o de violencia sexual no organizada (agresores que matan a las mujeres por “oportunidad”, sin razones aparentes, como “levantones” de placer).

Si se mira al país por regiones los patrones cambian y en los estados del sur la tendencia se invierte: en el 70 por ciento de los casos se trató de feminicidios en el ámbito doméstico y el resto en el comunitario.

Feminicidios alcanzan nivel de «crisis» en México: Informe de premios Nobel. 2014

Por:   Sin Embargo

lunes, 04 de noviembre del 2013

 

Ciudad de México.- El problema de los feminicidios y violación a los derechos humanos en México alcanza niveles de «crisis», advierte el informe «De sobrevivientes a defensoras: Mujeres que enfrentan la violencia en México, Honduras y Guatemala», elaborado por la Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel que el año pasado visitaron el país para investigar este tipo de crímenes.

Entre 2006 y 2012 los feminicidios en México aumentaron 40%. En estados como Chihuahua, el número de asesinatos contra mujeres es 15 veces más alto que el promedio mundial. En el país, se cometen 6.4 asesinatos de mujeres por día, de los cuales, 95% quedan impunes según datos del informe y de la Organización de Naciones Unidas.

El reporte es resultado de la visita de una delegación de mujeres integrada por defensoras de Derechos Humanos (DH), periodistas y expertas en política, encabezada por las Nobel de la Paz Jody Williams (1997) y Rigoberta Menchú Tum (1992), realizada del 21 al 31 de enero de 2012 en México, Honduras y Guatemala.

«La guerra contra las drogas y el aumento de la militarización en México, Honduras y Guatemala se está convirtiendo en una guerra contra las mujeres.», señaló Jody Williams en el informe.

Las activistas afirmaron que documentaron numerosos casos de feminicidios, desapariciones, violaciones, ataques contra las defensoras de DH, y persecución en los tres países, donde las mujeres declararon que los ataques provienen de la delincuencia organizada y de las fuerzas de seguridad gubernamentales.

El documento, que ya se había presentado previamente, fue entregado la semana pasada a Miriam Cárdenas Cantú, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados con la intención de que se elaboren políticas de género que protejan a la mujer.

«En México, la región más militarizada es la frontera entre Estados Unidos y México, donde las drogas ilícitas atraviesan la frontera y entran al mercado de los Estados Unidos. Muchas mujeres de la frontera informaron que las condiciones son idénticas a una zona de guerra, y es un problema muy preocupante sobre todo para las mujeres», señala el informe.

«El gobierno mexicano ha desplegado más de 45, 000 soldados en su propio país, lo que ha dado lugar a un enorme aumento en los homicidios relacionados con la guerra contra el narcotráfico. La presencia militar ha llevado a numerosos abusos contra la población civil, incluida la violencia sexual», concluye.

Marusia López Cruz, representante de la organización Just Associates (JASS), otra de los participantes en la elaboración del informe, subrayó que ante la incidencia de feminicidios, los abusos sexuales y la desaparición forzada, es prioritaria la erradicación de la violencia generalizada contra la mujer, no sólo por razones humanitarias, sino porque representa una violación grave de los derechos humanos.

RECOMENDACIONES A MÉXICO

El informe hace ocho recomendaciones a México, entre las que insta al gobierno a enjuiciar a los responsables de delitos contra la mujer y pide dar prioridad a la resolución de una preselección de los casos principales en un plazo máximo de un año.

Entre estos casos se citan: El de la ecologista Eva Alarcón, su liberación, y la captura y juicio de los responsables de su secuestro. La familia Reyes, incluido el enjuiciamiento de los seis asesinatos; protección de la familia. Informe sobre el progreso alcanzado respecto a los casos de siete mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, y que actualmente están siendo investigados por la Procuraduría General de la República: Perla Ivonne Aguirre Gutiérrez, Griselda Murua López, Brenda Ivonne Ponce Saénz, Idaly Juache Laguna, Mónica Janeth Alanis Esparza, Brenda Berenice Castillo García, Yanira Frayre, así como agresiones a mujeres periodistas.

También pide a la Federación elaborar un plan de acción que incluya la búsqueda inmediata de todas las personas desaparecidas; investigar y enjuiciar a policías, militares y otros agentes gubernamentales acusados de abuso y violencia sexual, y compensar a las víctimas.

Suprimir las reformas propuestas a la Ley de Seguridad Nacional que legalizarían la participación permanente de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública y que constituyen una violación de las cláusulas sobre las leyes de derechos humanos; coordinar la implementación de medidas cautelares y provisionales asignadas a las defensoras de derechos humanos que corren riesgos y asegurar la aplicación efectiva de mecanismos de protección para defensoras y defensores de derechos humanos.

Difundir información pública sobre el cumplimiento de las medidas cautelares y explicar la razón por la cual las mujeres a quienes se les ha concedido medidas preventivas de protección -entre ellas Valentina Rosendo, Margarita González, Obtilia Eugenio y Norma Andrade- han sido atacadas reiteradamente, y cómo prevenir estos ataques.

La sexta medida es adoptar adecuados protocolos de investigación en los casos de violencia de género, trata de personas, tortura y violencia sexual de conformidad con las normas internacionales y las sentencias dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La séptima es garantizar que el cumplimiento de las sentencias dictadas por la CIDH genere prácticas y procedimientos administrativos que sirvan de guía para futuros procesos del mismo tipo.

Y por último, desarrollar un plan para la protección de los derechos de la mujer en la Corte Suprema de Justicia y otros poderes judiciales, especialmente en lo que respecta a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Recientemente, México recibió 176 observaciones de 24 países, integrantes de la ONU, en materia de violencia de género y contra defensores de derechos humanos y periodistas.

EL CONTRAPESO

La directora del Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, Dafne Cuevas, pidió a los legisladores ser el órgano fiscalizador y de contrapeso del Poder Ejecutivo, para que se pondere la protección los derechos humanos. También que lleve a cabo acciones que permitan el cumplimiento de los tratados y las normas internacionales para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres, los defensores de derechos humanos y periodistas. Añadió que para lograrlos es necesario garantizar que las organizaciones que trabajan para proteger y defender a los activistas de paz, democracia y derechos humanos tengan un presupuesto adecuado para llevar a cabo su trabajo. El informe realizado por las Premio Nobel invita a los legisladores a generar programas que pongan a los derechos humanos en el centro de la seguridad y el desarrollo. Los temas de preocupación para las Nobel fueron la militarización del país, la discriminación y acoso de las mujeres por parte de los jueces y ministerios públicos, y el escaso número de sentencias y reparación del daño a víctimas de violaciones a DH. La Diputada del Partido Revolucionario Institucional, Miriam Cárdenas Cantú detalló que para avanzar en la protección de garantías es necesaria la cooperación de la sociedad civil y de los tres órdenes de gobierno. Afirmó que el informe permitirá generar acciones que transformen las labores de defensa, protección y garantía de los derechos humanos. El documento es resultado de los trabajos realizados durante 10 días con organizaciones locales, cinco foros y reuniones con los presidentes de Honduras y Guatemala, Porfirio Lobo y Otto Pérez respectivamente, y con la ex Procuradora General de la República de México, Marisela Morales, y otros funcionarios de gobierno. Más de 200 mujeres dieron sus testimonios sobre la violencia contra ellas en sus respectivos países. Una de las conclusiones del reporte es que los gobiernos, si bien reconocen formalmente el problema, en la práctica hacen muy poco para disminuir la violencia, particularmente en los casos en que las fuerzas gubernamentales están involucradas.

Los nuevos machismos.Las claves del dominio del patriarcado que sigue detentando el poder.España. 2014

Los nuevos machismos

La histórica feminista Lidia Falcón publica ‘Los nuevos machismo’, un ensayo en el que analiza las claves del dominio del patriarcado que sigue detentando el poder

PÚBLICO Madrid 03/03/2014 15:15 Actualizado: 03/03/2014 19:00

El balance a todas luces positivo de cuatro décadas de lucha feminista hay que analizarlo desde la perspectiva actual con bastante menos entusiasmo que hubiéramos podido hacerlo veinte años atrás. Y precisamente por el éxito obtenido en las luchas libradas, el cambio social e ideológico está basculando en contra de las mujeres.

Los nuevos machismos, viene a analizar, escudriñar y denunciar la involución que los sectores más reaccionarios de la sociedad están impulsando, y a veces imponiendo, a los avances conseguidos por el feminismo. Desde la cultura dominante, la publicidad, el cine, la literatura, la televisión, y en el mundo del trabajo, de la política y de la economía, la ofensiva machista está arrebatando el respeto y el papel protagonista que las mujeres habían conseguido en el siglo XX. Con la terrible tragedia de la violencia continuada contra las mujeres, que se cobra decenas de víctimas cada año.

Este nuevo ensayo de Lidia Falcón, viene a desvelar las claves del dominio del Patriarcado que sigue detentando el poder. Con su conocido estilo directo, sin subterfugios ni equívocos ni eufemismos, la autora vuelve a hacer una aportación fundamental al conocimiento de la lucha feminista, y, lo que es imprescindible, de sus enemigos. Una nueva obra indispensable en la biblioteca de las mujeres, de las feministas, y de cualquier estudioso de la sociedad española.

19 Comentarios

 

    Los estudios «de genero» del siglo XXI me recuerdan a los estudios «raciales» de los siglos XIX y XX. Todo muy bien explicado, todo muy creíble, y todo propaganda pseudocientifica. La diferencia es que los primeros SON FOMENTADOS por las administraciones y las instituciones educativas, mientras que los segundos son rechazados socialmente.

 Sobre estudios raciales (o racistas) no he leido casi nada, pero leyendo algunas cosas sobre feminismo he llegado a sentirme insultado y discriminado como persona (no como hombre, pues existe una dignidad humana, mas alla de ser hombre o mujer)

 Precisamente comentarios como el anterior demuestran la necesidad de los planteamientos y luchas feministas y de los estudios de género, sin necesidad de argumentar ni una palabra. Como feminista le doy las gracias por evitarme esfuerzos dialécticos. Mis felicitaciones a Lidia Falcón. Su texto sobre la prostitución me parece muy oportuno.

   

   

   

 El problema que yo veo con el feminismo es que hay dos feminismos muy diferentes, que se confunden a veces interesadamente. Hay un feminismo antropológico, real, y otro feminismo puramente intelectual, que vive en su mundo. El primero es un feminismo de base materialista, del día a día, surgido del cambio estructural de la sociedad, de la aparición de la clase media, de la terciarización de la economía, etc., que ha hecho que de entrada hombres y mujeres podamos optar a unos mismos puestos de trabajo y a unas mismas responsabilidades, y por tanto a que se reclamen los mismos derechos para unos que para otros (desde una perspectiva más bien liberal: yo reclamo MIS derechos, como ‘derechos civiles’, como ciudadana libre, y no tanto como emancipación histórica de mi clase de los yugos que la tienen sometida). El feminismo ideologíco sería de esperar que fuera la vertiente ideológica de ese feminismo antropológico, y tratar sobre lo mismo, pero el problema surge con el lenguaje, cuando ese segundo feminismo introduce eso que llaman «patriarcado», que no se corresponde con ninguna figura histórica ni social, a menos que por «patriarcado» entendamos simplemente a la propia humanidad desde que es tal. Es ese primer «feminismo material» el que ha logrado una auténtica revolución social, posiblemente el mayor cambio social en las relaciones humanas desde que estamos en este planeta, y que hunde sus raíces en el cambio de las relaciones de producción, en un profundísimo cambio social que lo ha trastocado todo, incluyendo también la homosexüalidad, el divorcio, la edad a la que se tienen hi-jos, el ciclo vital, etc. Y no ha sido el feminismo ideológico con su historia del todo, explicada a través del patriarcado (que la mayor parte de la gente incluyendo a las mujeres no sabe ni qué es, si es que quienes lo defienden lo saben) el que haya logrado este cambio, aunque por supuesto intenten ponerse las medallitas de los diferentes indicadores de igualdad. El feminismo ideológico lejos de estar detrás de este cambio, es un simple espectador entrenado en cuestiones metafísicas que se ha creado una serie de categorías irreales con las cuales interpreta un mundo cuyas relaciones materiales se le escapan, y que son las que en realidad determinan los cambios que se dan en el mundo. Unas categorías inspiradas bastante bu-rdamente del marxismo, todo sea dicho, obtenidas de la simple sustitución del capitalismo por este malvado ‘patriarcado’ manteniendo sin apenas retoques el resto del discurso (aunque el capitalismo se defina objetivamente por circunstancias concretas y se delimite históricamente y el segundo no sea identificable históricamente a nada). Y como este cae en el mismo tipo de mesianismo emancipador, en la creencia de que el origen de todo el mal (capitalismo o patriarcado) está destinado a desaparecer por las fuerzas dialécticas, y para ello baste sólo por «tomar conciencia de clase» (como en el judaísmo, en que los problemas del pueblo judìo se solucionarán si son fieles a su fe, pero solo a la suya, a la ‘auténtica’, y no a sucedáneos). Y curiosamente pasan por alto el verdadero trasfondo marxista que sí que hay en el feminismo real: que es un producto evidente del cambio en las relaciones de producción. Pero la semejanza va mucho más allá: a estos feminismos marxistas les ocurre lo mismo que a los marxistas económicos que no acabaron de entender el materialismo y se quedaron en la parte idealista y en la vana promesa de emancipación: que se convierten en moralistas, con una tendencia enfermiza hacia las interpretaciones paranoicas. En vez de analizar cómo afecta cierto cambio en las relaciones de producción, se le da la vuelta otra vez al calcetín para volver de nuevo al idealismo historicista hegeliano, y se ve en todo cambio inesperado un clarísimo intento de «EL capitalismo» o «EL patriarcado» (que como todo el mundo sabe, tienen voluntad propia) para poner palos en las ruedas del auténtico y prometido cambio que antes o después está por llegar. Y no: hay cambios en las relaciones de producción que favorecen la igualdad de sexos y otros que no lo hacen. Pero esto va mucho más allá que la ceguera intelectual: el idealismo historicista que hay tras este feminismo ideológico se vuelve CONTRA el feminismo real, convirtiéndose en abiertamente reaccionario, como se ve por ejemplo en el caso de la prostitución. No se trata ya (como en el feminismo clásico) de que una mujer sea una ciudadana libre, dueña de su propio cuerpo, con el cual puede hacer lo que le venga en gana sin tener que ceder los réditos a un dueño exterior, sino que pasa a ser un peón de la clase femenina que debe guardar su virtud en aras del bien colectivo. No hay que liberar a las mujeres individualmente del yugo que les toca aguantar por ser mujeres, sino luchar por su clase. Las mujeres no pueden por tanto disponer de su propio cuerpo, y prostituirse si les da la gana (como hacen algunos homosexüales), pero ojo: es que es por el propio bien de la

 

    (…) Las mujeres no pueden por tanto disponer de su propio cuerpo, y prostituirse si les da la gana (como hacen algunos homosexüales), pero ojo: es que es por el propio bien de las mujeres, a cuya causa debe fidelidad, por lo cual ésta debe sancionarse con la cárcel. Y con eso el feminismo ideológico cierra del todo el círculo, y vuelve a los rediles del cristianismo, contra cuya ideología nació y del cual se hace completamente indiferenciable. Penalicemos la libertad sexüal femenina, a menos en cuanto ésta trascienda al público.

    #2 Pues a mí ese capítulo me parece de lo más sexista que he leído en mi vida. Y no soy un machista reaccionario y cabreado como #1, al contrario. Me parece hasta brutal: meter a mujeres en la cárcel por decidir acostarse con otro hombre no es «abolir» la prostitución, como lo define hipócritamente, sino una persecución moral. Es querer regular desde el estado la sexüalidad de las mujeres. Ni San Pablo de Tarso, oye…

 En el tema de la prostitución hay dos opiniones completamente enfrentadas en el feminismo, y no es el facilón y paranoico «es que el patriarcado nos engaña y nos hace creer que…» y nos tiene engañados a los que no entendemos los entresijos del patriarcado. No: es mucho más sencillo. La libertad de las mujeres antes que ninguna libertad de clase es una libertad individual. Es la libertad de esta mujer, de esa mujer, de aquella otra, tanto frente a los hombres como frente a las mujeres y frente al Estado. Y la finalidad del feminismo es que no haya ya ni que hablar de hombres y mujeres, y haya solo ciudadanos. Esto que dice Lidia Falcó es todo lo contrario. Es una ideología coercitiva, represiva en lo sexüal, y que pretende poner de nuevo a la moral social en lo sexüal por encima de la mayoría de edad de las mujeres, y tapar con leyes su entrepierna. Y de una forma muy, pero que muy demagógica, y hasta cínica. Acusa de manipular el discurso de la libertad, cuando hace justamente eso. La libertad no es meter a nadie en la cárcel, como quiere hacer con esta expresión manipulada de «abolir la prostitución», que en lo que se traduce es en eso: en meter a mujeres en la cárcel por decidir acostarse con alguien, y no en eliminar una figura legal como era la esclavitud cuando se abolió. Esto es demagógico. Penalizar la prostitución no es «abolir» nada. Y no se puede justificar como libertad meter a alguien en la cárcel por una relación sexüal consentida, ni aunque recurramos a barbaridades como la de equiparar la esclavitud sexüal con la prostitución libremente ejercida. La ONU dice que la mayor forma de esclavitud es la prostitución, y es cierto, pero no toda la prostitución es esclavitud. Y querer equipararla es como pretender eliminar la esclavitud en el sur de EEUU prohibiendo no la propiedad de las personas, sino prohibiendo el cultivo del algodón. O querer prohibir la explotación laboral en Bangla Desh o los talleres con mano de obra esclava, prohibiendo la industria manufacturera. El argumento es este mismo: nadie trabaja cosiendo a los 12 años por placer, y el trabajo de este tipo constituye las mayores formas de esclavitud que aun hoy se dan en el planeta. ¿Prohibimos no la esclavitud o el trabajo infantil, sino el hecho de coser en una fábrica, que nadie elige por placer?

    Pero claro, todo esto queda ‘tragable’ porque no es una persona que decida, sino que es «el patriarcado» el que nos hace pensar que…

    Los nuevos machismos no son los intentos del patriarcado (¿y ese quién es?) por hacer tal o cual. Son los mismos que los viejos. Es decir que las mujeres no son libres de usar su cuerpo y su libertad como le dé la gana a cada una de ellas.

    Una nueva obra indispensable en la biblioteca de las mujeres, de las feministas, y de cualquier estudioso de la sociedad española.

    En mi biblioteca no estará. De algunas opiniones, artículos y apariciones en tv tb podemos considerar a esta señora «enemiga» de las mujeres. La libertad de las mujeres la entiende » a su manera» por ejemplo en el tema de la prostitución.

Pues el protocolo de Pekin casi entero me parece que discrimina y ofende al varon heterosexual, y el «Manifiesto Scum» ,escrito por una mujer trastornada y traumatizada, ME PARECE DIRECTAMENTE CRIMINAL, y a quien lo promueva debería perseguírsele como a cualquier nací, o a cualquier terr0rista, por muy feminista que sea.

    Seguramente os creáis mejor que yo por ser feministas, y eso es para lo unico que sirve el feminismo… por que ni la entrada en el mercado laboral, ni el ab0rto, ni la entrada en el sistema educativo, han sido consecuencia de ningun feminismo.

Acabo de leer su extensisima tesis doctoral que demuestra que hay feminismos idealistas y feminismos reales asi como marxismos feministas paranoicos …y luego sigue y sigue con sus tesis de altos vuelos.Pero le confesaré que vengo del pueblo y no entiendo de eso de «feminismos marxistas paranoicos».Es más, como me encuentro sin trabajo y lo que me ofrecen no me sirve ni para comprarme papel de Water ( por cierto quizás fuera más interesante que usted hiziera una tesis sobre el grosor decreciente del papel de water y su relación con la absolescencia programada).Entonces estoy pensandome en hacer el cursillo de pu ta y le pediria a usted como defensor de la libertad de las pu tas si me podria dejar los 45 euros que vale el cursillo .Mi libertad ,señor pensador de altos vuelos ,en este momento depende de usted.Money ,Money…

 

Y más que habría que hablar sobre la propia «Teoría de Género», en realidad una mera hipótesis, pero presentada como si fuera un axioma.

Y es que ya está bien de tanto relativismo postmoderno, y de confundir la IMPRESCINDIBLE LUCHA CONTRA EL SEXISMO (opresión basada en el sexo al que pertenezca la persona oprimida), con inventos acientíficos y dogmáticos que no tienen nada de progresistas.

  Hablar de sexismo en la actualidad, como en el pasado, equivale en un 99% de los casos a hablar de opresión de la mujer, pero no anula ni justifica el 1% restante.

Señor pensador de altos vuelos,perdone que la palur da de pueblo que soy insista ¿prohibir coser en una fábrica que nadie elige por placer? .No entiendo bien,y perdone mi estu ltez,si considera usted lo mismo hacer de pu ta que de cosedora.Se lo digo porque las cosedoras de mi pueblo si se enteran de su opinión quizás decidan coserle a usted otra cosa que no es la camisa…por llamarlas pu tas.Señor,señor…

    Es curiosísimo el montón de comentarios de hombres que subrayan «yo no soy machista», para después expresarse en términos más que machistas. Por otro lado, quien dice que no ve el patriarcado por ningún lado, creo que no tiene claro no que es o cierra los ojos (o ambas cosas). ¡Arriba la igualdad!, es decir, el feminismo!

 

    No estoy especialmente interesado en esa «drôle de guerre» que es la lucha de sexos (o de géneros), pero el hecho de que cualquier argumento en contrario sea considerado una prueba irrefutable de la propia verdad me parece admirable, no importa que ya estuviera inventado hace siglos por las religiones. ¡Qué tranquil@ debe descansar un@ cuando sus «acumuladores de razón» son alimentados y rellenados sin cesar por la corriente de sus antagonistas!

 En mi comentario voy a dejar fuera los casos de las mujeres que se ven obligadas a prostituirse. Creo que todos estamos de acuerdo en que forzar con violencia física o psicológica a una persona a ofrecerse sexualmente es humillante y dañino para ella, es explotación, y es por tanto inaceptable. Considero el caso de las mujeres que explotan su cuerpo voluntariamente y para su propio beneficio. Creo que igual que los trabajadores de las centrales nucleares tienen que llevar trajes antiradiación y mantener un protocolo estricto de seguridad, podría contemplarse que las trabajadoras del sexo tuvieran atención psicológica como parte de su contrato. Sospecho que muchas prostitutas no son del todo conscientes de la vida a la que se exponen cuando comienzan en ese negocio, igual que los trabajadores de las centrales nucleares desconocían el verdadero riesgo de la exposición a la radiación, y caían como moscas cuando los envolvían en un visillo y les decían que así podían estar una hora reparando el reactor sin ningún peligro.

    Hay muchos trabajadoras sexuales que proceden de sectores de marginación social y que difícilmente tienen acceso a otro modo de supervivencia. También las hay que son portentos de belleza, que cobran muy bien y que ven su actividad como una forma de vivir sin apenas trabajar. Pero creo que el negocio de la prostitución también se nutre de muchas personas con problemas psicológicos (tanto servidoras como clientes). ¿Hay por ahí algún estudio que investigue la correlación entre haber sido prostituta y acabar teniendo depresiones severas, comportamientos suicidas, acabar siendo víctimas de la violencia machista? Quizá, dado que aceptamos la libertad de cada una de vivir con un maltratador o de hacerse prostituta, debería enseñarse sobre los riesgos de ambas cosas en el cole o en el instituto. Sí, es verdad, primero necesitaríamos evidencia estadística/cuantitativa de que prostituirse puede echar a perder la vida emocional y psicológica de las personas.

    Me pregunto qué fracción de ex-prostitutas de 40, 50 años miran hacia atrás y piensan «De haber tenido entonces la sabiduría que tengo ahora, no me habría metido en eso». Y qué fracción de ex-prostitutas de 40, 50 años están hundidas en situaciones tan terribles que ni si quiera pueden permitirse hacerse esa pregunta.

    Lo que Lydia Falcón diga me trae sin cuidado es todo demagogia

Una nueva obra indispensable en la biblioteca de las mujeres, de las feministas, y de cualquier estudioso de la sociedad española. En mi biblioteca no estará. De algunas opiniones, artículos y apariciones en tv tb podemos considerar a esta […]

Falta avanzar en temas como feminicidio e impunidad en México, advierte ONU. 2014

Por Ciro Pérez Silva

foto © Francisco Elias Prada

México, DF. A pesar de todos los avances que ha conseguido México en materia de equidad y empoderamiento de las mujeres, “debe avanzar seriamente en temas como el feminicidio y la impunidad para quienes cometen este delito, que aún se presenta en varios estados del país”, advirtió John Hendra, director ejecutivo Adjunto de ONU Mujeres y Responsable de la Oficina de Políticas y Programas.

“Es muy importante la reforma que garantiza la igualdad de género en puestos políticos en la constitución y ese es un buen modelo para México y la región de América Latina y El Caribe, pero debe avanzar en el tema de feminicidio y la impunidad, como se debe avanzar en otros temas en otras naciones del mundo. La estadística nos dice que una de cada en tres mujeres sufre algún tipo de violencia. Cada sociedad tiene retos y México no es la excepción”, dijo en entrevista.

Destacó que la Comisión sobre la Condición de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés) tiene como prioridad encontrar formas de reducir los niveles de violencia hacia las mujeres, pero desde cada país es imprescindible hacer más para contar con instrumentos y mecanismos de derechos humanos que les traigan sustento.

“Los países tienen que hacer más para implementar los marcos jurídicos que tienen, los países tiene que enfocarse más en la prevención, hacer que en las fuerzas legales haya mujeres; mujeres policías, más jueces, porque si hay mujeres en los niveles altos del poder judicial significa que casos como violaciones podrían ir a las cortes (tribunales) más rápido. Hay mucha evidencia que dice que si las mujeres están en la línea frontal de los sistemas de seguridad, también en términos de atención a la violencia”, dijo.

Falta avanzar en temas como feminicidio e impunidad en México, advierte ON. 2014

dom, 09 feb 2014 11:02

México, DF. A pesar de todos los avances que ha conseguido México en materia de equidad y empoderamiento de las mujeres, “debe avanzar seriamente en temas como el feminicidio y la impunidad para quienes cometen este delito, que aún se presenta en varios estados del país”, advirtió John Hendra, director ejecutivo Adjunto de ONU Mujeres y Responsable de la Oficina de Políticas y Programas.

“Es muy importante la reforma que garantiza la igualdad de género en puestos políticos en la constitución y ese es un buen modelo para México y la región de América Latina y El Caribe, pero debe avanzar en el tema de feminicidio y la impunidad, como se debe avanzar en otros temas en otras naciones del mundo. La estadística nos dice que una de cada en tres mujeres sufre algún tipo de violencia. Cada sociedad tiene retos y México no es la excepción”, dijo en entrevista.

Destacó que la Comisión sobre la Condición de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés) tiene como prioridad encontrar formas de reducir los niveles de violencia hacia las mujeres, pero desde cada país es imprescindible hacer más para contar con instrumentos y mecanismos de derechos humanos que les traigan sustento.

“Los países tienen que hacer más para implementar los marcos jurídicos que tienen, los países tiene que enfocarse más en la prevención, hacer que en las fuerzas legales haya mujeres; mujeres policías, más jueces, porque si hay mujeres en los niveles altos del poder judicial significa que casos como violaciones podrían ir a las cortes (tribunales) más rápido. Hay mucha evidencia que dice que si las mujeres están en la línea frontal de los sistemas de seguridad, también en términos de atención a la violencia”, dijo.

Tres feminicidios en los estados de México, Guanajuato y Colima.2014

Juan Carlos Flores, Carlos García e Israel Dávila
Corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 23 de enero de 2014, p. 28

En días recientes tres mujeres fueron asesinadas en Colima, Guanajuato y estado de México; la primera a machetazos por su pareja sentimental, la segunda fue hallada con una herida en la cabeza y los pies atados, y la tercera fue decapitada.

Érika Yolanda Sandoval Mendoza, de 27 años, fue atacada el 18 de enero por su pareja, quien le propinó machetazos en el cuello y el rostro. El crimen fue perpetrado en la colonia Benito Juárez del municipio de Armería, Colima.

La presidenta de la comisión de equidad y género del Congreso local, la panista Gina Aracely Rocha Ramírez, demandó pedir a la Secretaría de Gobernación que emita alerta de género para la entidad.

En noviembre pasado, los diputados aprobaron un exhorto al gobernador Mario Anguiano para que hiciera dicha solicitud; sin embargo, el mandatario priísta se negó y alegó que el Instituto Colimense de la Mujer (ICM) es la dependencia facultada para ello.

¿Cuántas muertas quieren para reconocer que hay un grave problema y actúen para resolverlo?, preguntó Rocha Ramírez. En 2013 fueron ultimadas 14 mujeres en Colima, según el Observatorio Nacional delFeminicidio.

En la colonia Obregón, en el centro de León, Guanajuato, se encontró la mañana del lunes el cuerpo de una mujer con una herida en la cabeza, aunque no se ha determinado si fue producida con arma blanca o de fuego.

La Procuraduría General de Justicia del Estado informó que la occisa, no identificada, estaba envuelta en sábanas y una cortina de plástico y tenía los pies atados.

En lo que va del año se han perpetrado en el estado cuatrofeminicidios, según la organización no gubernamental Centro Las Libres; en 2013 se cometieron 73.

Verónica Cruz Sánchez, directora de la agrupación, consideró que el crimen tiene las características de unfeminicidio, y es resultado de la inacción del estado y la Federación para erradicar la violencia contra las mujeres.

En el municipio de Valle de Chalco, estado de México, fue hallado el cuerpo decapitado y con huellas de tortura de una joven de unos 20 años en la colonia Las Américas, a un costado del Canal General. Según el reporte de la policía, los asesinos dejaron un mensaje que decía “NegroArturo, vamos por ti y toda tu gente”.

En este contexto, el Congreso mexiquense aprobó por unanimidad reformas al Código Penal de la entidad para homologar la tipificación delfeminicidio con el marco jurídico federal y aumentó penas para algunos tipos de violación, por ser este delito el más frecuente contra las mujeres.

En el Código Penal se incluyó un capítulo sobre feminicidio, que hasta ahora era considerado un tipo de homicidio, y se aumentaron de cuatro a ocho las causales para que la muerte de una mujer entre en esta categoría y no sea considerado homicidio doloso. Elfeminicidio será sancionado con penas de 40 años hasta prisión vitalicia y multa de 700 a mil días de salario mínimo.

Por lo que respecta al delito de violación, las penalidades aumentarán cuando se cometa en un vehículo de transporte público de pasajeros, de personal, escolar u oficial. Además, se impondrá pena de tres a ocho años de prisión y multa de 500 a mil 500 días de salario mínimo a los servidores públicos que retarden o entorpezcan dolosamente la procuración de justicia.

 http://www.jornada.unam.mx/2014/01/23/estados/028n1est

Feminismos desde Abya Yala.Ideas y proposiciones de las mujeres de 607 pueblos en nuestra América. PDF. 2014

PDF: http://francescagargallo.files.wordpress.com/2014/01/francesca-gargallo-feminismos-desde-abya-yala-ene20141.pdf

Título:
Feminismos desde Abya Yala. Ideas y proposiciones de las mujeres de 607 pueblos en nuestra América

Autora:
Francesca Gargallo Celentani

Editorial Corte y Confección, Ciudad de México,
Primera edición digital, enero de 2014

Obra disponible en: http://francescagargallo.wordpress.com/

El texto de la presente obra corresponde a la edición venezolana.
La obra fue distinguida con Mención Honorífica
del Premio Libertador al Pensamiento Crítico, Venezuela, 2013

2012, 2013, 2014, Francesca Gargallo

Esta obra está bajo licencia Creative Commons
Atribución – No Comercial – Sin Derivadas 2.5 México
Los/as usuarios/as pueden copiarla, distribuirla
y comunicarla públicamente de acuerdo con esta licencia.

[Feminismos desde Abya Yala cuenta con ediciones varias en países y editoriales diferentes desde 2012]

Fotografía de la portada por Helena Scully, tomada en Colombia, 2010

ÍNDICE

Prólogo a la edición venezolana 9
Prólogo, por Horacio Cerutti-Guldberg 15

Introducción 17
La pregunta por los feminismos no occidentales de América Latina 17
En el reconocimiento de otras modernidades 23
Las mujeres de los pueblos indígenas para la comprensión histórica de América Latina 26
Mujeres y saberes, liberaciones plurales 28
Los límites de la modernidad emancipada para el feminismo en la historia
moderna de Abya Yala. A propósito de racismo y generación de conocimientos 33
Urgencia del reconocimiento de Modernidades coexistentes 38
Pobreza del desarrollo último de la modernidad emancipada 44

Capítulo 1
Rutas epistémicas de acercamiento a los feminismos y antifeminismos
de las intelectuales indígenas contemporáneas 46
El lugar de producción del pensamiento. Desde dónde reflexionamos 47
Abya Yala en Nuestra América 51
Grupos étnicos, pueblos, naciones 53
Diversas pensadoras indígenas 54
Hilar fino los hilos del saber occidental que se dice incluyente 57
¿Diálogos posibles? 58
La crítica al universalismo como tabú epistémico 62
Estética, filosofía, saberes y racismo 63
Matrices y formas de ser mujeres 66
Sujeto individual y sujeto colectivo 70
Religiones, dominación y colonialidad en la construcción
de los sistemas de género 73
Diferentes modos de ser mujeres y hombres. El entronque patriarcal 76
La misoginia como odio criminal de los hombres contra las mujeres
y como instrumento para romper con la solidaridad del grupo 78
Dualidad no es contraposición ni implica un sistema binario 80
Historias, explicaciones y mitos de mujeres… 82
Formas de organización y liberación de las mujeres de los pueblos originarios 90
Identidad nacional e identidad feminista 91
Violencia cotidiana de las pautas patriarcales 96
Hermandades de resistencia y otras extrañas realidades 98
Mujeres que se hacen de su vida 100
El dentro-fuera de las mujeres de los pueblos originarios contemporáneos 105
El feminismo de las indígenas para las jóvenes urbanas 106
El feminismo indígena como actividad: destejiendo el colonialismo interno 107

Capítulo 2
Formas, líneas e ideas de los feminismos indígenas 110
La existencia de teorías feministas indígenas para el feminismo académico 111
Feministas o activistas de los derechos humanos de las mujeres 115
De experiencias históricas, dobles escenarios y feminismos 117
Líneas del pensamiento feminista indígena 119
Diálogo entre feministas y revisión de las disciplinas 122
Las que no se llaman feministas 125
Las que viven una transición 136
Las que se reivindican feministas 146

Capítulo 3
Los feminismos comunitarios 151
Las feministas comunitarias xinkas 152
El Feminismo Comunitario de la Asamblea Feminista en Bolivia 169
Feminismo comunitario y ecofeminismo 186
Otras experiencias de feminismo comunitario 194

Capítulo 4
¿Qué hay entre las movilizaciones indígenas y las feministas? Una reflexión
sin conclusiones posibles sobre prácticas y estéticas para liberarnos juntas
del colonialismo patriarcal vigente 197
Negación de la historia propia y racismo 198
Coexistencia de escenarios políticos diversos y patriarcado 201
Dualidad y feminismos 203
Formas de los feminismos indígenas 206
Identidades feministas al centro de un debate en Guatemala 210
El racismo de la sociedad hegemónica y las mujeres indígenas 220
Todas sufrimos el racismo, también quienes gozamos de privilegios por él 229
Acercándonos juntas a una definición del racismo como mujeres 230
Racismo y sexismo 233
La naturalización del racismo y del sexismo. Procesos de imposición
y resistencias 235
La naturalización de la complementariedad de los sexos 236
Nada menos natural que el sexo. Consecuencias del colonialismo
en el presente de las mujeres de Abya Yala 240
El cuerpo como lugar social 244

Bibliografía 247
Libros 247
Revistas, artículos, documentos, conferencias, tesis, catálogos y folletos 262

«La regulación del delito de Femicidio/Feminicido en América Latina y el Caribe». 2014

Te invitamos a descargar la publicación «La regulación del delito de Femicidio/Feminicido en América Latina y el Caribe» http://bit.ly/1d7EjAN

«Esta publicación busca contribuir a que la legislación sustantiva y procesal aprobada, y la institucionalidad especializada para investigar, perseguir y juzgar el asesinato de mujeres no solo elimine la impunidad de estos hechos sino que incida en su contención y prevención.»

¡Difunde

Haz clic para acceder a reg_del_femicicidio.pdf